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Hacerte viejo

La gran mayoría de las personas brincan de emoción al cumplir años y se organizan una serie de eventos para el gran acontecimiento. En el caso contrario existen personas a las que les provoca nostalgia en saber que envejecen de manera inevitable.

Hace algunos días fue mi aniversario y siendo sincero me sentí como esa pequeña parte de la población a la que le aflige tener un año menos de tiempo para llegar a lo que quieres lograr en tu vida. Durante ese día una amiga cercana que estudia literatura me llamó y notó de manera inmediata mi emoción, para lo cual me envió el siguiente texto de Gothicus:

HACERTE VIEJO

La vida te arrastra hacia el final, te lleva forzosamente al punto en donde todo termina. Otros dirán que es el comienzo y algunos más que es el punto de encuentro; es decir, todo termina donde empezó.

Para mí la vida es como un ventarrón que te empuja de una manera uniforme, ininterrumpida y constante. No te da oportunidad de dar un paso atrás. Puedes ir más rápido si así lo deseas, pero seguro terminas arrastrándote porque te empuja cada vez con más fuerza. Ese ventarrón se puede volver un huracán.

Estamos en el plano dimensional de la vida, nos metimos aquí como polizones en un barco. Nunca tendremos el control o la posibilidad de regresar el tiempo. Para algunos sería divertido verse a los ojos siendo niños, pero para otros no, porque la vida ha sido una fuerza centrífuga inexplicable.

Hay dos o más formas de llegar a la vejez, pero a todas las define la actitud que le tomes a la vida. Irremediablemente, llegarás con menos fuerzas en tu cuerpo, encorvado, tembloroso y con la piel curtida en el rostro. Para algunos la soledad será su gran compañero, el tiempo te podrá parecer sobrado. Pensarás que ese ventarrón se ha calmado, pero la realidad es que no, está justo detrás de ti. La diferencia es que lleva tu paso, porque ya no puedes ir más rápido.

Para otros la vejez es la universidad en donde das cátedra. Aprovechas el tiempo para seguir aprendiendo, pero ahora con más calma. Tú eres la mayor prioridad. En todo momento ese ventarrón fue un impulso, una fuerza que te permitió no parar, sentías la necesidad de crear sin detenerte. Energía le decías tu. Al final, supiste convertirlo en ritmos y cadencias, ahora es más tu compañero de baile que el verdugo que verás al final.

Llegará el día en que todo acabe. El brillo de tus ojos será el cúmulo de tus vivencias y será lo último que vea de ti la vida. Tú en cambio observarás de frente al padre Tiempo con su mano en tu pecho, empujándote al final sin piedad. Lo podrás sujetar para agradecerle o reprocharle. No habrá tregua, tiene que terminar. Comprendes que tuviste tanto tiempo, pero ahora nada puedes hacer. La vida no da segundas oportunidades, todas son diferentes, únicas e irrepetibles.

LEM Erick Ricardo Ruiz Gomez

Gerente Santa Fortuna

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